
En este espacio vamos a tratar de encajar todo lo relacionado con una cocina blanca y todas sus ventajas.
Sin embargo, antes daremos algún detalle de ciertas cosas que puedan interesarte.
ORÍGENES DE LA COCINA
En la antigüedad las cocinas no eran tal y como las conocemos hoy.
Más bien formaban parte de un todo en el que también se solían hacer otras actividades como dormir.
Al igual que otras estancias de la casa, la cocina se fue diferenciando como espacio independiente a lo largo del tiempo.
Una cocina al uso se define como aquel espacio reservado a la preparación de alimentos y su almacenaje.
Para no sobrecargar de datos históricos, vamos a pasar brevemente por la historia de la cocina hasta nuestros días.
No olvidemos que nuestra labor es la de presentar la estancia en el sentido estético actual y sugerirte razones por las que introducir mueble blancos en tu hogar.
La cocina tiene su origen como espacio completamente independiente allá por el Siglo V antes de Cristo.
Ya disponían de hornos de pan y todos los útiles posibles desarrollados en la época.
En la Edad Media la cocina era un lugar reservado para asistir a todos los requerimientos de la corte. Contaba con toda clase de anexos de almacenaje y de utillaje.
La clase media y la burguesía iba introduciendo mejoras en sus cocinas para darle ese toque de la nobleza en sus cosas.
Mucho más adelante en el tiempo, con la llegada de las nuevas tecnologías y de la revolución industrial, la cocina sufre una gran transformación.
Siguiendo esta línea de evolución tecnológica, en el siglo XX y XXI se hace imparable la proliferación de nuevos útiles y recursos para hacer la cocina una estancia actualizada.
Aparecen los muebles de cocina en módulos, encimeras de múltiples componentes, electrodomésticos de última generación, etc.
No sabemos cómo será la cocina del futuro, pero algo que sí podemos asegurar, es que una cocina blanca nunca pasará de moda.
¿QUÉ SUELE LLEVAR UNA COCINA BLANCA?
A continuación nombraremos aquellos elementos indispensables que no pueden faltar en tu cocina.
- Electrodomésticos.
Ya sean grandes o pequeños, no pueden faltar.
El horno, la nevera, el microondas, el lavavajillas, la vitrocerámica, la campana, etc
Si es de esas cocinas que cuentan con lavadero integrado, tendremos que añadir a esta lista, la lavadora, secadora, etc.
En el apartado del pequeño electrodoméstico, habrá que contar con batidoras, cafeteras, exprimidores, tostadoras, plancha.
En este sentido, el equipamiento va en función de las necesidades y del espacio disponible en la cocina.
- Muebles de cocina.
Quizás es de lo más importante en este apartado. Imprime el estilo del espacio y marca la tendencia a seguir.
Los muebles pueden ser a medida o por módulos. Serán muy versátiles e irán tanto en la pared, como sobre el suelo. En este sentido, también hay modulos colgados para liberar espacio en el suelo.
- Encimera.
Es el espacio superficial donde prepararemos la comida.
Ahí ubicaremos las cosas que necesitemos en cada momento.
Existen multitud de materiales y colores con los que se fabrican las encimeras. Evidentemente tendrá que ir en concordancia con el diseño de la cocina.
- El fregadero.
Indispensable para lavar los utensilios, alimentos, aclarar, enjuagar, etc.
Estos son los elementos indispensables en tu estancia, ya sea cocina blanca o no. Como verás a continuación, el siguiente paso es saber distribuir todo el equipamiento adecuadamente.
¿Cómo distribuir una cocina blanca?
Es más que común que las cocinas cuenten con alguna fuente de luz natural en mayor o menor medida.
Si es una ventana a media altura, es muy bueno aprovechar la zona como lavadero o también para ubicar el fregadero.
Habrá que distinguir varias zonas en esta estancia.
- Una será la zona de preparación de alimentos, fuegos, zona libre de encimera y fregadero).
En este sitio han de ubicarse aquellos muebles o cajones de almacenamiento necesarios para tener a mano los habituales útiles de cocina. Por ejemplo, el cajón de los cubiertos, la zona de la batería, pequeño electrodoméstico, etc.
- Otra zona sería la de la nevera y almacén.
Allí podrás acceder a todo lo necesario cuando estés cocinando.
- La zona de lavado.
Generalmente está cerca del fregadero. El lavavajillas ira ahí para facilitar el prelavado y no salpicar.
- En la zona del fuego tendrás que tener algo de espacio a uno o ambos lados del mismo.
También es muy aconsejable que esté cerca de la basura para no moverte mucho con la suciedad y restos en las manos.
La campana extractora irá justo encima del fuego a una altura adecuada.
Siguiendo con la distribución, deja espacio para esos pequeños aparatos que vayas a usar. Por ejemplo el tostador, la batidora o una plancha entre otros.
En esta línea, si tienes suficiente hueco, puedes ubicar lo más cotidianos a la vista.
- Pon cajones amplios siempre que puedas. Esto es debido a que las puertas en la zona baja, pueden resultar más incómodas. Un cajón expone todo lo almacenado de un solo movimiento.
- El horno y microondas se ubican en la misma zona. En este sentido, es común que uno esté encima del otro, pero no siempre tiene por qué ser así.
Más Ideas para distribuir la cocina blanca
En cocinas amuebladas en forma de “L” o “U”, existirán esquinas de poco acceso o de hueco perdido. No te preocupes porque hoy en día existen diversas soluciones que en alguna ocasión recupera este espacio mediante mecanismos de cestas internas con guías móviles que salen cuando las accionas.
De este modo lo que antes no veías se presenta totalmente a la mano.
Hablando de dimensiones, si la cocina es de un tamaño generoso, podrás poner todos los muebles altos en una misma pared y liberar así otras zonas altas. Por ejemplo la zona del fuego.
De este modo se consigue un efecto de espacio y confort en la cocina.
Otra opción es la de poner el fuego en una isla independiente en la zona central de la cocina. Ese será el espacio para el utillaje, cacerolas, campana, etc.
El resto de muebles serán ya para poner los demás componentes mencionados anteriormente.
La cocina abierta al salón es un recurso generalmente usado en apartamentos y casas de reducidas dimensiones, pero también hay diseños de casas grandes, con cocinas abiertas. Si bien, estas cocinas no están abiertas directamente, sino que tienen elementos divisorios que los delimita del tipo paneles, etc.
CÓMO ORGANIZAR UNA COCINA BLANCA PEQUEÑA
Te aconsejamos que pongas muebles blancos y brillantes, ya que estos colores multiplican la claridad. Darán amplitud
La distribución que mejor aprovecha la cocina pequeña es aquella en forma de “U”. Si el espacio no lo permite, tendrás que pensar en ubicar muebles en “L” y siempre dejando una zona de paso lo suficientemente ancha como para dar comodidad mientras se cocina.
También podrás poner una pequeña mesa extensible con algunas sillas o una mesa que se pliegan en la pared.
Aunque dispongas de poco espacio, hay elementos básicos como el fuego y zonas de almacenajes que son importantes.
Si hay ventana aprovecha ese espacio para el fregadero.
El mobiliario ha de ser suficiente. Por su puesto tampoco podemos pasarnos metiendo elementos, pues provocaremos reducir la amplitud. Una cocina blanca es más que aconsejable.
Los armarios altos que llegan hasta el techo servirán para beneficiarte del último centímetro que tengas disponible.
Coloca baldas abiertas allá donde puedas. Al tener huecos de almacenaje abiertos, no producirán ese efecto de ahogo que muchos módulos juntos pueden ocasionar.
Es cierto que los muebles de la zona baja tienen una profundidad estándar que guarda relación con el fondo de los electrodomésticos. Sin embargo, este no es el caso para los módulos superiores.
Puedes reducir la profundidad de los mismos para darle apertura a la zona alta.
Hay cocinas pequeñas directamente unidas al salón. Esto se debe a que tener una cocina completa y además que no resulte claustrofóbica, resultaría sumamente complicado.
Es muy común que en ese tipo de cocinas haya una barra común o una barra volada como elemento divisorio del salón.
Te sugerimos también que acudas a un profesional. Te dará explicaciones prácticas e ideas técnicas funcionales y decorativas.
CÓMO ORGANIZAR UNA COCINA BLANCA GRANDE
Tener una cocina grande es una ventaja. Además si es una cocina blanca mejor. Dispones de margen de maniobra para distribuir y decorar, aunque también es una responsabilidad.
No todo vale, así que quédate si te interesa saber cómo organizar tu gran cocina.
Coge medidas. Visualiza tu estilo e intenta crear un esbozo de lo que quieres.
Es muy común que la casa y en este caso la cocina, ya estén construidos. Te encontrarás distribuidos los puntos eléctricos, desagües y fontanería.
Los arquitectos ya planean la distribución de la cocina en la mayoría de casos, pero no te dicen cómo poner los muebles o cómo de grande quieres la nevera.
Hay una ecuación que es sencilla: cocina grande= nevera grande + mesa grande, etc. Pero ojo, distribuye todo proporcionalmente.
Aprovecha puntos focales como la posible existencia de una ventana. Ubica ahí tu fregadero por ejemplo.
Ya por defecto, el lavavajillas y la lavadora podrían ir ahí. Será tu zona de lavandería.
La disposición de la cocina en formas de “U” o en “L”, es una forma fácil y acertada.
Pon tu nevera en un extremo y a continuación la zona de horno y almacenaje. Sigues con la zona de cocción, coronada por una campana.
Justo debajo pondrás unos grandes cajones a modo de caceroleros.
Dicho sea de paso, puedes distribuir linealmente la cocina y dejar la zona de fuegos y campana para una isla central.
Te sugerimos que para una cocina grande admita una isla central, ésta ha de ser de al menos 20 metros cuadrados.
Errores que no tienes que cometer para distribuir una cocina
- Si tienes familia numerosa. No instales una isla central. Mejor pon una buena mesa y sillas bien cómodas.
- No hagas el triángulo de trabajo demasiado grande. Dicho de otra manera: el triángulo de trabajo es la línea imaginaria entre la zona de fregadero, cocción y almacenaje.
Si están muy separadas, dicho triángulo quedará muy grande y tendremos que realizar recorridos mayores en búsquedas de las cosas, etc.
Si están muy juntas, obtendremos zonas saturadas o que se entorpecen las unas a las otras.
- No llenes la encimera de trabajo de aparatos o cosas que la saturen.
- No pongas un estilo recargado. Una cocina blanca es ideal.
CÓMO COMBINAR UNA COCINA CON MUEBLES BLANCOS.
Este color es tan versátil en sus combinaciones, que es fácil conseguir una decoración acorde a la elegancia de tus muebles.
- No pongas las paredes muy oscuras, pues puedes apagar la estancia en su luminosidad.
- Busca ese color que tanto te gusta e introdúcelo en pequeñas dosis en la decoración. También puedes intercalar algún mueble de ese color. Sacrificas algo de luz al quitar algo de blanco, pero añades personalidad al conjunto.
- Puedes poner ese color en tus lámparas, interruptores, textiles, etc. Ese destello de color quita la posibilidad de que todo en blanco resulte excesivamente frío.
Como ya hemos dicho anteriormente, la unión del blanco con madera siempre será un acierto.
En algún rinconcito puedes poner un pequeño jardín. Maceteros bien dispuestos,
una balda preparada con plantas, etc. Todo eso aporta algo natural. Incluso puedes poner un jarrón de
cristal con flores de colores.
Resaltará en tu cocina y será un toque visual oloroso y evocador. Ya sabes que a la cocina blanca le pega todo.
En cuanto a encimeras, puedes poner una beige, roja, de madera, verde… cualquier color que sea del estilo elegido, será válido. Pero siempre y cuando no pases el límite de la sobrecarga.
Hay que conservar una armonía.
Las encimeras en gris o madera resaltan muy bien cuando el fondo de la cocina es blanco.
El suelo debe conjugar con tus muebles blancos marcando el diseño.
Lo único que tienes que tener en cuenta, es que el suelo es un aliado más reflejando la luz.
Es por eso que puedes sacar más partido si su color es de tono claro. Así evitarás que absorba luminosidad en exceso y que refleje esa luz del día que nos llega.
Los tiradores pueden ir en madera clara, o del color que tiene el resto de decoración.
Como ves, el blanco combina perfectamente con todo.
CÓMO ILUMINAR LA COCINA BLANCA
Una cocina blanca ya tiene sumado un plus a la hora de darle claridad. Veamos a continuación consejos y sugerencias para obtener el mejor resultado en la iluminación.
- Presta atención a la luz natural de la que dispones.
- Es bueno poner luces puntuales que combinen con la luz general de la cocina. Serán unas buenas luces de apoyo.
No está de más decir que las luces generales deberían ir de forma independiente a las auxiliares. Así controlarás mejor el consumo.
- Es importante evitar la creación de sombras. Las luces de apoyo en la zona de cocción será de mucha ayuda.
- Las luces downlight insertables van muy bien para usarlas como luz general. Son potentes, no parpadean y consumen poco. La inversión merece la pena.
Si no puedes insertarlas, existen otros modelos de luces de superficie que son iguales que las downlight, pero van puestas en el techo directamente.
- Puedes poner alguna luz dentro del mueble. Iluminará todo y verás más fácilmente lo que buscas. Hay bisagras con luces incorporadas y automáticas que se encienden al abrir la puerta del módulo.
LUCES DECORATIVAS PARA COCINA
Se trata de aquellas luces colocadas estratégicamente para aportar un toque estético a la par que luminoso en nuestra cocina blanca.
- Coloca alguna tira led debajo de los módulos superiores o en una fosa de perímetro en el techo.
Dotarán a la cocina de un ambiente de confort.
- Otra zona puntual de luz es la que viene por norma habitual en las campanas extractoras. Las hay regulables en intensidad.
Si las usas debidamente, tu factura de la luz se verá sustancialmente beneficiada. Sobre todo cuando estés cocinando y puedas prescindir del uso de la luz general o de parte de ella.
- La zona del fregadero y cajones es otro sitio perfecto para poner iluminación en la cocina. Resultado de esta idea es que trabajarás más cómodo y con todo a la vista.
Como hemos mencionado hace unos renglones, hoy en día las luces de los cajones y armarios de almacenamiento suelen tener dispositivos que conecta o desconecta la luz conforme abres o cierras la puerta o cajón.
CÓMO LIMPIAR LA COCINA
Es muy probable que la cocina sea uno de los lugares que más mantenimiento de limpieza necesite junto al baño.
Los motivos son obvios. Vamos a cocinar. Habrá restos de comida, salpicaduras, acumulación de grasas y suciedad en la campana extractora.
Algo muy ligado a la limpieza es el orden.
El orden y la limpieza son conceptos que van de la mano. No habrá orden sin limpieza y viceversa.
El ser limpio y ordenado es una cualidad que beneficiará el mantener en condiciones nuestro hogar. Un buen uso diario de nuestra cocina blanca, nos ahorrará tiempo a la hora de esa limpieza periódica en profundidad.
Te aconsejamos que antes de usar cualquier producto de limpieza, conozcas los riesgos de su uso y recomendaciones de uso (guantes, ventilación, etc).
¿Por dónde empezar a limpiar la cocina?
La respuesta no siempre es tan fácil.
Comienza por los lugares más sucios o desordenados. El motivo es meramente práctico.
Al limpiar lo más sucio generarás restos que habrá que ir controlando. No es muy aconsejable limpiar todo para mancharlo de nuevo limpiando el horno que está lleno de grasa. Esto se debe a que caerán restos y es posible que tengas que fregar nuevamente y doble trabajo no es lo que deseamos.
Es conveniente recalcar que para cada superficie que limpies, uses un paño adecuado. No debe ser abrasivo ni de materiales que arañen el acabado de nuestros muebles o electrodomésticos
Limpiar el horno y zona de fuegos
Para el horno hay opciones en el mismo aparato. Se llama pirolisis.
En una limpieza más suave, usarás un buen limpiador desengrasante en frío. No uses raspador o cuchilla.
En la zona de fuegos usa el típico limpiador de vitrocerámica con su respectivo rascador. Deja actuar el producto, y luego límpialo adecuadamente.
Si la cocina es de gas, usa un limpiador desengrasante como en el horno. También hay cierto tipo de geles cuya cremosidad actuará reblandeciendo la suciedad.
Limpiar la encimera y la campana
La encimera puedes limpiarla con un paño húmedo y algo de jabón espumoso. Luego lo secas con un paño limpio. En esta línea, con las paredes igualmente puedes hacer lo mismo.
La campana suele tener unos paneles desmontables y muchos son lavables a máquina. Esta es la mejor opción. La temperatura del lavado hará que toda la grasa se vaya por el desagüe.
Si están muy sucios, déjalos en remojo momentos antes de su limpieza.
Si dicha campana es de acero inoxidable, existen productos específicamente diseñados para su limpieza. Las neveras con este acabado también se limpiarán del mismo modo exteriormente.
Limpiar los cristales de la cocina
Usa un producto de base alcohol o bien agua jabonosa.
Si tienen mucha grasa, podrás y deberás repetir el proceso más de una vez hasta la completa limpieza. Usa paños de fibra para ello
Limpiar los muebles de la cocina
La zona de módulos y despensa interior, tendrás que hacer una limpieza periódica. Al menos una vez al mes.
Esto evita que cualquier producto abierto o resto de comida dentro de ellos, genere la proliferación de insectos varios.
Aprovechando este tema, cabe recordar que poner trampas o veneno para esos molestos bichos, es aconsejable.
Colócalos fuera del alcance de los niños y en lugares que sean susceptibles como zona de paso o anidación. Por ejemplo la zona de nevera, cubo de basura y despensa.
La zona debajo del fregadero y alrededores tiene que estar debidamente desinfectada. Si no es así, aparecerán olores y moho. Además, el ambiente húmedo es el mejor caldo de cultivo para ello.
Limpiar el suelo de la cocina
Una cocina blanca se ve limpia y el suelo no ha de ser menos.
Es por eso que hay que barrer siempre que sea necesario. Pásale la fregona usando productos adecuados al tipo de suelo.
Empieza empapando y termina enjuagando y escurriendo la suciedad del suelo.
Hay múltiples modelos de fregonas y mopas. Elige la que más te convenga, pero sobretodo intenta que sea absorbente y resistente.